28 abr 2010

LLaman a tu puerta

Ha nuestras edades la muerte no es tema agradable, mas bien constituye algo macabro y lejano en nuestras ligeras mentes.
Antes o después llega directa o indirectamente, y la ausencia te inunda el alma y los huesos, la mirada pierde brillo por momentos cuando te dan una mala noticia.
Llaman a tu puerta.

En estos momentos me rondan pensamientos en torno a algo que desconozco. Solo he podido llegar a una conclusión, la vida decide a su antojo, mientras nosotros solo podemos decidir que hacer siempre y cuando ella no decida por nosotros...
Hoy la muerte llamo a una puerta, y en casa, nadie quiere dejar de ser fuerte, pero ver lágrimas nunca sera agradable.

13 abr 2010

Frente a la Pantalla

Busco un lugar donde infinito y horizonte se abracen sin temor, donde aun podamos respirar gratis, donde el día no muera, donde el día resucite en otro mejor.
Donde mirarte a los ojos sea un regalo. Donde las horas brillen por su valor.

Sentado enfrente de un ordenador de biblioteca, pienso en mi, solo es un día mas, las horas pasan sin hacer ruido alguno, por que he de preocuparme por ellas?
Esas horas no van a volver, semejantes a la pistola que contiene una única bala con la que actuar, por lo que parece ahora estoy perdido en una isla desierta junto a Jack sparrow, una vez efectuado el disparo, carece de valor, quizá estés muerto para entonces. Las horas van muriendo, poco a poco, sin hacerse notar.

Y es cierto que a veces me siento pirata en estos mares, aunque no sea capaz de aprovechar el tiempo, que lo pierda, aunque tampoco sepa en que consiste ganarlo, porque a veces me siento pirata sin timón.

Por mucho que procure remediarlo acabo siempre en el mismo lugar, perdido en la memoria, donde mis ideas se bloquean, llego a un laberinto en el que no conozco atajo, pinto amaneceres en la noche, pero he de contentarme con el brillo de la luna, es lo único que me queda cuando me acuesto y siento que mis días caen al vació.

4 abr 2010

Gigante durante una noche...

Aquel mañana citado, no es hoy, ya que han pasado varios días, una semana practicamente.
Y llegados a este punto solo he de decir que aquella noche fue bestial, pero no queda mas por describir, no recuerdo con claridad lo acontecido durante aquellas horas.
Mientras tecleo me planteo que sentido tiene hablar sobre una noche, esto va del tirón, cabe citar que la disfrute, no cabía en mi, todo parece perfecto durante un tiempo en el cual ni siquiera eres capaz de orientarte. Para mañana estará lejos, demasiado lejos.
Recapacito y descubro que adoro por encima de las noches pasajeras y las experiencias superfluas, esos momentos que calan hondo en nuestro interior, esos que no entran ni por los ojos, ni por los oídos... Simplemente sientes interiormente un agradecimiento enorme por esas experiencias que quizá al momento no asimilas ni comprendes una vez concluidas, esas en las cuales incluso te ha inundado la frustración o has padecido contratiempos, pero que a largo plazo, te realizan, te ayudan a valorar y entender.

Primero. Soy un soplapollas, y disfruto todo tipo de situaciones, adversas o favorables, pero las que recuerdo con gusto no son las copas de mas que llevaba la semana pasada.
Porque puedes sentirte un gigante durante una noche, pero prefiero sentirme grande cada minuto.