Tengo un muñeco azul con el corazón atravesado por un imperdible, trofeos que gane cuando aun no tenia pelo en la cara, pequeños pines de escudos de equipos de fútbol colocados en una bandera del athletic de la temporada 98/99, fotos de niños africanos pegadas en la paredes de mi habitación, que me miran fijamente desde lo mas profundo del continente olvidado.
Esas mismas paredes verdes, ese fue mi color, color esperanza, están sujetas por frases que ni yo mismo puedo llegar a comprender.Un radioscasete sentado en la moqueta, verde, espera su hora, aun funciona, me lo regalaron el dia de mi comunión, el me regala mi música aunque tenga roto el botón del stop, en la vida ocurre algo parecido.
Tengo guardadas las cartas de amor que me escribieron, notas de clase que nunca tubieron demasiada lógica ni coherencia alguna, un diario de colores, con palabras que no existen fuera de las paginas del mismo, guardo con cariño las entradas de los eventos especiales a los que asisto, desde hoy una en la cual pone en letra mayúscula, Fito y Fitipaldis.
Tengo un libro que me da cada día del año una lección, y fuerza para crecer.
Colgando de mi armario, una toalla, verde, de Heineken, una camiseta traída de América donde el che guevara me recuerda que debo luchar por lo mio, un regalo muy especial. Y en la otra esquina una de reincidentes, con mi numero de la suerte, el 13.
Tengo muchas cosas adornando mi cuarto, pero el poseerlas no tendría ningún valor si para mi no tubieran un mensaje del que poder aprender.
Los delfines de Oxbow
Hace 13 años
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